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miércoles, 3 de diciembre de 2008

Sacrificio y calidad




Boca Juniors ha protagonizado en este último Torneo Apertura argentino una remontada increíble, poniéndose con dos jornadas para el final del campeonato líder, por encima de Tigre, San Lorenzo y Lanús. La racha de resultados positiva ha venido dada por la resurrección de Juan Román Riquelme (de feo gesto hacia un aficionado en el último partido contra Racing de Avellaneda), la aparición estelar del delantero centro Lucas Viatri y la aparición de jóvenes valores de la cantera del club xeneize tales como Juan Forlín, Facundo Roncaglia, Ricardo Noir o el protagonista de esta entrada, Nicolás Gaitán.


Nacido en José C.Paz (Buenos Aires) el 23 de febrero de 1988, Osvaldo Nicolás Fabián Gaitán creció en el seno de una familia de clase obrera, en la que tuvo que realizar muchos esfuerzos por salir adelante en la vida. En su niñez se vio obligado a vender plantas en los trenes junto a sus hermanos para ganar algo de dinero y ayudar a su familia. Este espíritu de esfuerzo y lucha también se trasladó al fútbol, una pasión para el joven Gaitán, que también tenía mucha habilidad y técnica con el balón en los pies. Gracias a esto, Ramón Maddoni se fijó en él para llevárselo al Club Parque. Puede que a simple vista este hecho no indique nada para los más despistados, pero si añadimos que Ramón Maddoni es el descubridor de estrellas tales como Fernando Redondo, Juan Román Riquelme, Carlos Tévez o Fernando Gago, la cosa cambia completamente.


En el reconocido Club Parque Gaitán fue evolucionando hasta llegar a las categorías inferiores de Boca Juniors. Aquí se le iba a plantear su primer obstáculo: su pequeña envergadura (mide 1'72 centímetros y pesa 68 kilos) le jugaba en contra, ya que la gente consideraba que era demasiado 'enano'. Fue al llegar a la octava división de las inferiores de Boca cuando se consolidó su talento, de la mano del ex-jugador de la Ribera Rubén 'Chapa' Suñé, que confió en él y le dio seguridad para jugar. A partir de ahí, un ascenso meteórico hacia la Primera xeneize, en la que debutó en competición oficial el pasado Torneo Clausura, el 1 de junio, contra Arsenal de Sarandí.


El nombre de este menudo jugador iba a empezar a sonar con fuerza en el mundo del fútbol a partir del segundo semestre de 2008, gracias al apoyo del entrenador Carlos Ischia y la confianza en los jóvenes de las Inferiores. Marcó sus dos primeros goles oficiales en una victoria contra Huracán por 0-3, así como el gol de la victoria contra Rosario Central el 26 de octubre. También marcó un par de goles en la Copa Sudamericana contra la Liga Universitaria de Quito y en el torneo local contra Newell's. En este Torneo Apertura está jugando como falso segundo punta o como volante por la izquierda, ganándose minutos por su enorme destreza con el balón, su gran habilidad y velocidad y su oportunismo de cara a gol. Es, con Diego Buonanotte y Maxi Moralez una de las mayores esperanzas en el torneo argentino y se espera que den pronto el salto a Europa, aunque quizás sea muy pronto para el chico que vendía plantas en los trenes.


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